Técnica pianística

La palabra técnica viene del griego “Tekhnicos” y se refiere a la habilidad destreza que tengas en realizar un oficio.  En el mundo del piano, el aprendizaje de la técnica no es un tema que motive demasiado a los alumnos. Yo misma tenía una gran pereza en realizar ejercicios de escalas, arpegios, agilidad, independencia, octavas, acordes… hay en realidad una enorme extensión de ejercicios para piano adaptados según el nivel que tengas.  Pero quizás el mayor obstáculo a la hora de aprender técnica es ese, la cantidad de información que existe. A veces esa información nos hace sentir que no sabemos por dónde empezar, que es lo primero que nos hace falta. Puede ser que encontremos unas indicaciones en un tutorial de youtube y otras totalmente diferentes y contradictorias en una clase de piano. Y al final, tenemos la cabeza llena de información y de dudas a partes iguales. ¿es mejor levantar la muñeca? ¿o quizás el problema viene de los dedos? ¿tengo que articular mucho? ¿por qué algunos pianistas profesionales no articulan tanto como lo que nos pide el profesor?    Y a veces, porque el profesor tenga nombre ruso (los rusos tienen buena fama de poseer una buena técnica pianística), ya suma puntos para que nos convenzan de que la técnica que te está enseñando es la mejor.  Pero, ¿ese debe ser nuestro criterio a la hora de decidir la manera en la que tocas? ¿el prestigio o la fama del profesor? Yo creo que un profesor de piano, ni que sea el mismísimo “Dios de los escenarios” debe convencerte de cómo tocar sólamente porque lo diga él. Un profesor debe ayudarte a construir tu personalidad musical.  Entonces, ¿cuál es el mejor criterio a la hora de decidir la manera en la que tocas? Pues centrándote en lo que necesitas en ese momento. Preguntándole a tu profesor y a tí mismo en qué tienen que mejorar tus manos para que toques mejor. Puede ser velocidad, independencia de los dedos, fuerza… pero también pregúntate qué necesitas de manera más general: educar más tu oído, conocer mejor la estructura de las piezas o trabajar tu miedo a tocar en público. Todos esos aspectos también afectan a la técnica, a tu habilidad para tocar el piano.  Y cada día que trabajes al piano, trabajas la técnica a tu medida. De toda esa enorme información que hay, ya puedes enfocarte en lo que realmente necesitas Y respecto a las contradicciones que puedas encontrarte entre un profesor y otro… te diré que cuando era alumna, simplifiqué mi camino teniendo en cuenta sólamente dos puntos: el primero, que  el movimiento que realicen tus manos sea cómodo (a veces esto te lleva algunos días en comprobarlo) y segundo, que tu expresividad sea máxima Comodidad y expresividad. Al máximo nivel. Porque si el mundo de la técnica pianística es tan inmenso y contiene tantas posibilidades, siempre existirá esa opción que lo tiene todo. Si nunca has aprendido técnica pianística, te recomiendo que veas la clase gratuita de la academia. Son 17 minutos donde trabajo las bases para estudiar mejor y más rápido. Ahí ya podrás trabajar (entre otras cosas)  lo que yo considero la base fundamental de cualquier técnica pianística: peso, altura y velocidad de ataque.  Todas las técnicas lo tienen. Todas lo trabajan. Empezar por lo que funciona en todas las técnicas es empezar con paso seguro. Al igual que cada gesto en tu cara equivale a una emoción, cada gesto en tus manos equivale a un color musical. Tu expresividad depende de tu técnica. Aprender técnica es algo tan necesario para tus manos como el oxígeno para tus pulmones, así que te animo para que nada más acabes de leer esto, te preguntes: ¿Qué necesito para tocar con más comodidad y musicalidad? y trabajes la técnica que mejor vaya con su respuesta.