Estudio y concentración: ¿Qué pasa cuando no van de la mano?

A veces, los muros más altos a la hora de aprender no tienen nada que ver con nuestras capacidades. Y esas capacidades aparentemente se “lucen” en los resultados, aunque yo creo que donde realmente se conocen es en el proceso de estudio. Si tu proceso de estudio no es eficaz, tardarás más de lo que piensas en obtener los resultados que quieres. Y en consecuencia… te sentirás menos capacitado al piano. 

Y esa sensación ¿es cierta? Te contesto que no. Rotundamente no. Cualquier manera de estudiar que no cuide tu concentración afectará en negativo el concepto que tienes de tus propias capacidades. Tocar de manera autómata es cómoda. Repetir una y otra vez hace que “rellenes” tu tiempo de estudio y te haga sentir que cumples con eso de que hay que ponerle muchas horas para llegar a aprender del todo las piezas. 

En tu tiempo de estudio, no hay nada peor que permitir que tus neuronas “se columpien” mientras tus manos siguen trabajando. Repetir sin plena concentración hace que automatices tus movimientos al tocar. Esto es algo útil, sí, para que tus manos toquen mientras tú te concentras precisamente en otras cosas, como cantar, sentir o gestionar todo lo que tu cuerpo, tu mente y tu corazón están haciendo a la vez. Para todo esto, tus neuronas necesitan estar despiertas. 

Y para que tus capacidades respondan al máximo nivel es necesario que estudies al piano con recursos útiles y a la vez muy eficaces. Esto es lo que permite que tus neuronas “se diviertan”, y que seas más consciente de tus progresos y tus verdaderas capacidades. Que sean las que sean, lo importante es que las conozcas, que sepas cuánto te cuesta hacer qué. Así planificarás mejor tu estudio y obtendrás mejores resultados. 

Lo que yo hago para mantener mi concentración durante más tiempo mientras estudio, es formularme dos preguntas antes de empezar a trabajar un pasaje. La primera, ¿cómo voy a estudiar esto? y la segunda, ¿para qué lo voy a estudiar así? 

Cómo y para qué. Las primeras palabras para aumentar tu calidad de estudio. Son pocas palabras que consiguen muchos resultados. 

¿Y tú? ¿ya tienes respuesta a tu cómo y tú para qué? si no es así, te aconsejo que las busques. Tus neuronas y tu motivación lo agradecerán.