Aprender más rápido (y bien) ¡Es necesario!

A menudo les digo a mis alumnos que no saben la música que pueden llegar a hacer hasta que cuidan que cada minuto de su estudio tenga una finalidad, un “para qué”, que expriman su tiempo al piano obteniendo su máxima calidad. En mi época como estudiante, a menudo escuchaba a alguien que me comentaba que tal alumno se había “montado” la pieza en 3 semanas, o que tal otro había memorizado una sonata de Beethoven en 1 mes. Y es que, si has vivido una época donde tenías todo el día para centrarte en tus estudios y nada más, la ecuación para aprender más rápido se resolvía estudiando más horas.
Pero ahí está la cuestión. Pocas veces tenemos todo el tiempo del mundo para dedicarlo a una sola cosa. Con los años, la vida se enriquece (no me gusta decir que se complica) y se llena de otros temas, apasionantes, o no tanto, pero que forman parte de la vida.
Ya el gran pianista Arthur Rubinstein decía que desaconsejaba el estudio obsesivo a cambio de sacrificar experiencias. Para expresarte al piano, tengas el nivel que tengas, es necesario que alimentes tu alma de vivencias. Y si te cuesta salir del “tengo que estudiar”, tómatelo como parte del proceso de estudio.
Aprender rápido (y bien) las piezas es uno de los pocos deseos que se mantienen a lo largo de cualquier nivel pianístico. Todos queremos llegar a difrutar de la música lo antes posible. Pero para eso, para disfrutar, es importante que no inviertas más tiempo del que hace falta. Organizar el tiempo de estudio debería ser una asignatura obligatoria en cualquier programa de aprendizaje, y al piano también. Porque pararte a pensar en tu calendario de estudio desde el primer día hasta el día que tocas te puede ahorrar hasta la mitad de horas al piano que inviertes normalmente.
Yo tenía todo el tiempo del mundo para estudiar hasta que tuve a mis 3 hijos. Sólo tenía 30 minutos diarios al piano, 30 minutos que por fuerza tuve que transformarlos “en oro” para poder avanzar lo más rápido y mejor posible en mi estudio al piano. De esa experiencia llegué a la conclusión de que, con hijos o sin, con ocupaciones o sin, aprovechar cada minuto al piano como si fuese lo más preciado que tienes, te permite dejar de sentirte esclavo del tiempo. ¿no crees que esa es una buena razón para que mañana mismo empieces a organizar tu tiempo de estudio al piano?